
Poema traducido por Violeta Villalba

“...Donde duerme el doble sexo”
La gallina es el animal que lo tiene más caliente
Será porque el gallo no le mete nada Será
porque es un animal muy sexual y tan ambiciosa que le
cabe un huevo Será porque a ella también le gusta
que uno se lo meta Lo malo es que caga el palo
Pero es en el momento más bacano y el orgasmo
es de fiebre ¡Loco! Supersexo para mis seis años
A la paloma no le cabe Pero es lindo excitarla
y hacerse amigo de ella y hacer de ella La paloma
o sea del palomo el signo sagrado del Amor
Aquel a quien nombro cuando no me duele
en demasía Virgo como un palomo pero penetrable
La pata es imposible La perra no deja
y muerde La cerda sale corriendo La
gata ni pensarlo Chévere la carnera Se
queda quieta La chiva en celo es deliciosa
Se me olvidaba la pava En la alegría sexual
sale a la calle como la perra a putear
De las aves lo más bacano es el pavo
Todos los pavos son maricas Lo aprietan
Claro que la burra es lo máximo del sexo
Femenino pero la mula lo chupa Y la yegua
es de lo mejor… Pero
La cocinera hace todo Se levanta la falda
y lo trepa a uno a su pubis Te pone las manos
en las nalgas y te culea en esa ciénaga insondable
de su torpe lujuria de ancha boca
El que se ha comido a un burro joven sabe
que per angostam viam hay más contacto y placer
de entrar con ternura por donde la naturaleza
aparentemente no lo espera Pero que recibe
en júbilo que no le conozco a la hembra
Todo ese sexo limpio y puro como el amor
entre el mundo y sí mismo Ese culear con
todo lo hermosamente penetrable Ese metérselo
hasta a una mata de plátano Lo hace a uno
Gran culeador del universo todo culeado
Recordando a Walt Whitman
Hasta que termina uno por dárselo a otro varón
Por amor Uno que lo tiene más chiquito que el palomo
(Del amor, 1982-1987)
Retrato
Si quieres saber del Raúl
que habita estas prisiones
lee estos duros versos
nacidos de la desolación
Poemas amargos
Poemas simples y soñados
crecidos como crece la hierba
entre el pavimento de las calles
(Esplendor de la mariposa, 1993)
Dios terrible
El encierro es brutal
sin embargo aquí
me acoge la comodidad
de un pan y un lecho
No tengo nada
de que quejarme
y aunque hubiera
tampoco lo haría
¿Si no me quejo de tener
un Dios terrible en las entrañas
por qué me dolería
de mi encierro?
(Esplendor de la mariposa, 1993)
Está tendido en la acera
Su alma está ausente
Su sensibilidad presente
No consigue conciliar el sueño
La cara sobre el dorso de la mano
pretende una mínima comodidad
La gente pasa en sus raudos carros
Las estrellas brillan para el desdichado
¿Qué hacer en esta noche fatal?
Intentar dormir
Olvidar su intemperie
Sus pies tactan piedrecillas
en el descampado lecho incomodándolo
¿Vendrá esta noche el diablo
con su conversación cautivante?
¿O llegará Jesucristo a increparlo
diciéndole que es el peor hombre del universo?
(El libro de la locura, póstumo)
El mes adolescente
Llegó Abril
con sus aguas escasas
colocando diamantes en cada hoja
El mes de los árboles aún sedientos
El mes de la enredadera que trepa el muro
Joven Abril como una adolescente casi virgen
te deseé en las tardes de verano
y ahora llegas primoroso
a encantarme con el batir de tu llovizna
Amado Abril beso tu piel de esmeralda
me entristezco bajo tus cielos grisáceos
Con las voces de tus pájaros
me hago un nido del tamaño de mi deseo
En ti estremecido de ternura
derramo la leche agria del amor que he esperado
(Amanecer en el Valle del Sinú, 1983 - 1986)
El leopardo
Como fuerza de monte
en un rincón oscuro
la infancia nos acecha
Así el leopardo -Martha Cristina Isabel-
El leopardo que se asoma por tus ojos
ha saltado derrumbando años
y sobre mi niñez -de bruces- me ha derribado
Sueños de un día trepando los peldaños de la eternidad:
Tú venías por el sol y yo era de barro triste
Tú tenías noticias del universo y yo era ignaro
Los años -Martha- con su carga de piedras afiladas
nos han separado
Hoy te digo que creo en el pasado
como punto de llegada
(Retratos, 1980 - 1983)
Un probable Constantino Cavafis a los 19
Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
El amor entre hombres
Fumar marihuana
Y escribir poemas
Mañana se levantará pasado el mediodía
Tendrá rotos los labios
Rojos los ojos
y otro papel enemigo
Le dolerán los labios de haber besado tanto
Y le arderán los ojos como colillas encendidas
Y ese poema tampoco expresará su llanto
(Del amor, 1982-1987)
Morir a solas
Bajo el sol de mediodía por los algodonales
va mi adolescencia cruel Va mi mano prendida
de la mano invisible
de aquel muchacho extraño y duro como piedra lunar
La dejo irse por los arrabales de una locura brava
que desgaja mi cuerpo y lo hace morir
Crepita la blanca fibra del algodón maduro
Estoy abandonado como nunca lo he sido
y la mano lejana aprieta mi soledad
Un destino previsible me separó muy pronto
de ese compañero de escuela en la ciudad
que no sabe de su ausencia en este mar de blancura
en esta inmensidad de nubes vegetales
en que mi corazón abierto como una fruta vieja
abandona su ritmo y se deja desleír por la luz
y se deja destrozar por lo blanco y llora solo
(Del amor, 1982-1987)
El disparo final en la Vía Láctea
En el cielo profundo de mis masturbaciones
ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz
Inagotable y tierno que te devora el sexo
aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío
Y es tan mío como no pudo serlo allá
en la realidad Es mío cuando yo te deseo
De esa misma manera impalpable y eterna
como este libro es tuyo Como yo soy de ti
Habitamos el ocho Doble infinito
de los dos universos El 8 de los círculos
El que parece dos astros hermanos y gemelos
El que parece dos ojos Dos culos cercanos
El que parece dos testículos besándose
Cuando llegas a mi cielo estoy desnudo
y te gustan las columnas de mis pierna
para reposar en ellas Y te asombra
mi centro con su ímpetu y su flor erecta
y mi caverna de Platón carnal y gnóstica
por donde te escapas hacia la otra vida
Y en ese cielo te entregas a ser lo que verdaderamente
eres Agresión de besos Colisión de espadas
Jadeo que se estrella como un mar contra mi pecho
Locura de tus ojos orientales alumbrando
la aurora del orgasmo mientras tus manos
se aferran a mi cuerpo Y me dices
lo que yo quiero y respiras tan hondo
como si estuvieras naciendo o muriendo
Mientras nuestros ríos de semen crecen
y nuestra carne tiembla y engatilla su placer
hacia el disparo final en la Vía Láctea
En las sabanas de nuestro cielo hay nubes
perfumadas de axilas y delicados residuos
del amor En la almohada el hueco
que tu cabeza ha dejado oloroso a jazmines
Y en mi alma y mi cuerpo el inmenso dolor
de saber que desprecias mi amor
Oh tú por quien mi vida renació
dentro la lumbre de la muerte
(Del amor, 1982-1987)
Yo broté de un muchacho atormentado y febril
que soñaba diurnos sueños de ser quien no era
Al principio fui pensar intermitente en su cerebro
y él me dejaba hacer sin saber que por dentro
con el correr del tiempo por suplantarlo acabaría
casi por completo
Durante muchos años intenté construir un poema y no pude
me confundí con sus pensamientos y él enloqueció
y dentro de esa borrasca que desquició su vida
fue apareciendo purificado y lúcido el poeta que soy
En la memoria hilé palabras que crearon sentido
y la locura cedió paso a paso -palabra a palabra-
poema a poema
El pasado y presente se los asalté implacable
y sus entrañas fueron lo que hoy libros son
difuminóse su ser -sombra de existencia es
(Los poetas amor mío)
He recorrido hospitales mitigando la locura
Una locura que durante muchos años
ayudó a mi imaginación en mi poesía
pero que después se volvió amenazante
y puso en peligro mi vida
Ahora -sin ella- escribo estos versos
y no sé si he ganado o he perdido
No sé si tú -lector- notarás este cambio
y lamentarás que mi verso
se haya vuelto reposado y tranquilo
Ojalá que natura de mí se haya apiadado
y no eches de menos el fervor de otros días
(Los poetas amor mío)
Lea aquí un artículo sobre la poesía de Raúl Gómez Jattin, publicado en este mismo número
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