Exhumaciones 

El poeta ante la fosa común es agua verde 
sangre de la sequedad 
antes habitada por ojos y horizontes 

Habla de su niñez 
de la clausura de su felicidad 
Las compara con los frágiles huesos 
que parecen flores secas sobre la tierra ultrajada 
Une letras que no se conocían 
y recuerda sonriente a un poeta dormido en el agua del Sena 
y a un hombre enjuto sentado ante un piano en Montevideo 

Lo que diga el poeta ante la fosa común no servirá 
Podrá llorar arrodillado 
podrá cantar versos de desaparecidos 
Ante la podredumbre del olvido 
¿servirían de algo sus palabras? 


II 

El niño leía el Quijote 
con la avidez de quien va a morir 
y conoce de súbito una razón 
para resistir el tiempo 
encontrar un amigo imaginario 
que le escuche sus primeras palabras   

El joven fascinado por el fracaso 
a Silva leyó, y a Schopenhauer 
y en un rato de spleen, 
entró en los estadios del tiempo 
y mientras alentaba a la muerte 
oraba a viva voz versos de Baudelaire 
con las llagas de sus manos abiertas  
como flores ante el vino de una herida fatal 

El hombre mira al niño y al joven con desdén 
con odio si no es más 
De esas dos criaturas sólo le interesan las palabras anónimas 
que guardaron en sus cuadernos de escuela y en sus escritorios 
Un día las exhumará y en eso consistirá su satisfacción 


El nieto del hambre 

Alguna vez, en el sueño, vi a César Vallejo. 
Estaba en la montaña donde nací, 
uno de los dos moriría. 
Me sabía amargo el aire del mundo. 
No quería nacer. Mi abuelo era César Vallejo. 
Soy el nieto del hambre 
y desde entonces, 
desde el nacimiento de mis metáforas salvajes, 
de mi balbucir angustiado, 
de los puentes que he recorrido sin final, 
he querido un puerto, 
un vientre para descansar del olvido. 

Te robaré una metáfora 
que sirva de estrella, 
de luz sobre mi corazón tiniebla, 
sobre mis manos cedros. 

Entiendo que mi exilio es en la palabra, 
que perdí de nacimiento el destino, 
la luna de mi infancia corre en las fotografías, 
a veces, me veo reír sin insomnio, a su lado. 
Te robaré una metáfora, 
constelación que me lleve al Sur, 
porque estoy cansado de morir 
para nacer, 
de caminar a destiempo 
sin casa y sin memoria, 
ocupando la mente de otros, 
empujando un muerto hacia delante, 
hacia la sombra.