¿A qué suena Alfonsina Storni en portugués? Selección bilingüe

Por: Ayelén Medail

Arte por: Jennifer Vélez

Este poema pertenece al libro El dulce daño (1918), segundo libro de versos de Alfonsina Storni. La rima y la métrica rigurosa de este poema lo aproximan a un modernismo tardío, pero que sorprende por el sarcasmo y se atreve a desafiar el imaginario de la época que imponía el estereotipo de mujer del hogar. Para 1959, Cecilia Meireles comentaba sobre la ironía de Alfonsina, arriesgándose a decir que fue la única poeta, hasta ese momento, que traía un tono humorístico a sus versos. El ritmo de sus imágenes poéticas y su musicalidad invitan a leer ese poema con ojos de contemporaneidad.

 

¿Qué diría?

¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
si un día fortuito, por ultrafantasía,
me tiñera el cabello de plateado y violeta,
usara pelo griego, cambiara la peineta
por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
cantara por las calles al compás de violines,
o dijera mis versos recorriendo las plazas,
libertado mi gusto de vulgares mordazas?

¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar la misa?

En verdad que pensarlo me da un poco de risa.


Que diria?
Que diriam as pessoas, cortas e vazias,
Se em um dia fortuito, por ultra fantasia,
Eu tingisse meu cabelo de roxo e prateado
Usasse um corte grego, trocasse meu penteado
Por uma fita de flores: miosótis ou jasmins,
Cantasse pelas ruas ao compasso de clarins,
Ou dissesse meus versos percorrendo as praças
Libertado meu gosto das vulgares mordaças?

Iriam me observar abarrotando as calçadas?
Me queimariam como as feiticeiras queimaram?
Muitos sinos tocariam convidando a rezar?

Na verdade, só de pensá-lo, faz-me gargalhar.

 

Alfonsina Storni publicó el poema “Epitafio para mi tumba” en Ocre (1925), quinto libro de versos de la poeta. Con Ocre, Alfonsina emprende una nueva poética, lejos de la lírica confesional, casi emancipada por completo de la temática de ‘poema de amor’ que la caracterizó durante años, los versos de Storni a partir de Ocre mostraron que las mujeres también podían ser parte de la vanguardia. Este libro marca un quiebre en la obra de Alfonsina, las rimas se relajan, la métrica no es lo central e incluso se atreve al verso libre, los temas sobre la ciudad y sus habitantes toman el centro y el tono irónico de la poeta se agudiza.


Epitafio para mi tumba
 
Aquí descanso yo: dice Alfonsina
El epitafio claro, al que se inclina.
 
Aquí descanso yo, y en este pozo,
 Pues que no siento, me solazo y gozo.
 
Los turbios ojos muertos ya no giran;
Los labios, desgranados, no suspiran.
 
Duerme mi sueño eterno a pierna suelta,
Me llaman y no quiero darme vuelta.
 
Tengo la tierra encima y no la siento,
Llega el invierno y no me enfría el viento.
 
El verano mis sueños no madura,
  La primavera el pulso no me apura.
 
El corazón no tiembla, salta o late,
Fuera estoy de la línea de combate.
 
¿Qué dice el ave aquella, caminante?
Tradúceme su canto perturbante:
 
“Nace la luna nueva, el mar perfuma,
   “Los cuerpos bellos báñanse de espuma.
 
    “Va junto al mar un hombre que en la boca
  “Lleva una abeja libradora y loca:
 
“Bajo la blanca tela el torso quiere
“El otro torso que palpita y muere.
 
“Los marineros sueñan en las proas,
“Cantan muchachas desde las canoas.
 
“Zarpan los buques y sus claras cuevas
“Los hombres parten hacia tierras nuevas.
 
“La mujer que en suelo esta dormida,
“Y en su epitafio ríe de la vida.
 
“Como es mujer, grabó en su sepultura
“Una mentira aún: la de su hartura”.

 

Epitáfio para minha tumba

Aqui descanso eu: diz Alfonsina
O epitáfio claro, para quem se inclina

Aqui descanso eu, e neste poço,
Que não sinto, me distraio e gozo.

Os olhos turvos e mortos já não giram;
Os lábios, desmanchados, não suspiram.

Dorme como pedra meu sonho eterno,
Quando me chamam, virar-me não quero

Tenho a terra encima, mas não a sinto,
Chega o inverno e não faz frio o vento.

No verão os meus sonhos não amaduram,
A primavera o pulso não apressura.

O coração não treme, salta ou late,
Estou fora da linha de combate.

O que diz essa ave, caminhante?
Traduz o seu canto desconcertante:

“Nasce a lua nova e o mar perfuma,
“Os corpos belos se banham de espuma.

“Vai junto ao mar um homem que na boca
“leva uma abelha sugadora e louca.

“Sob o branco pano um torso ânsia
“outro torso que palpitava e morria.

“Os marinheiros sonham nas proas,
“Cantam garotas sobre as canoas.

“Zarpam os navios, suas claras covas
“Os homens partem rumo a terras novas.

“A mulher que no solo está dormida,
“e em seu epitáfio ela ri da vida.

“Como é mulher, gravou uma mentira
“Na sepultura: que está aborrecida.


Luego de luchar contra el cáncer de mama durante tres años, Alfonsina Storni decidió quitarse la vida. Para hacerlo eligió el mar de Mar del Plata, arrojándose desde una escollera. El mar había sido una imagen recurrente en sus poemas de sus últimos tres libros, tal vez por frecuentar bastante dicha ciudad. Un día antes de tomar las riendas de su destino, ella escribió este poema y lo envió para el diario La Nación, donde trabajaba. El poema continúa la serie de ‘antisonetos’ publicados en su último libro Mascarilla y trébol, que si bien no poseen rima, la métrica es impecable. La mañana del 15 de octubre, dos obreros portuarios encontraron su cadáver en la playa.


Voy a dormir (1938)

Dientes de flores, cofia de rocío,        
Manos de hierbas, tú, nodriza fina,        
Tenme prestas las sábanas terrosas        
Y el edredón de musgos encardados.        

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.        
Ponme una lámpara a la cabecera;        
Una constelación; la que te guste;        
Todas son buenas; bájala un poquito.        

Déjame sola: oyes romper los brotes...        
Te acuna un pie celeste desde arriba        
Y un pájaro te traza unos compases        

Para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:        
Si él llama nuevamente por teléfono        
Le dices que no insista, que he salido...

 

Vou dormir

Dentes de flores, e coifa de orvalho,
Com mãos de ervas, tu, minha mãe fina,
Prepara-me a cama, lenços de terras
E um edredom de musgos escardeados.

Vou dormir, mãe sereia, repousa-me.
Põe uma lâmpada na cabeceira;
Uma constelação, a que tu gostes;
Todas são boas; abaixa um pouquinho.

Deixa-me só: ouves quebrar os brotos?
Nina-te um pé celeste lá de cima
E um pássaro que traça teus compassos

Para que esqueças...Grata. Ah, um pedido:
E se ele telefonar novamente
Diz a ele que não insista, que saí...